Los gatitos del Hogar de Rescate y Proteccion Lourdes, han sido premiados en el Año 2019, como los mejores pets en el Ranking Nacional de Argentina, por la WCF.-World Cat Federation y su club Fedagat.-

jueves, 4 de agosto de 2022

Tekila: Brutalidad Callejera

Tekila es una gata que nació en la calle, en uno de los barrios más humildes de la ciudad, de todas formas, creció así, arrabalera, y todos decían que siempre supo como defenderse mientras le tocaba vagar por las calles en busca de comida.
 
Aquel día, Tekila se sentía especialmente cansada, era la tercera vez en el año que esperaba bebés y no estaba ya en forma. Seguramente, se podrán imaginar de lo que estoy hablando… Tekila no dejaba de estar embarazada, uno tras otro los embarazos la habían ido debilitando y ya no le resultaba tan fácil pelear por un trozo de comida, saltar bien alto para estar al resguardo de algún humano ó correr como una saeta para evitar un perro.
Su paso se había vuelto cansino, pausado y lánguido como ella misma…

Así fue que cuando el perro la divisó, ella ni cuenta se dio, estaba hambrienta y había encontrado una carcaza de pollo que estaba tratando de sacar de la basura… esta vez el perro no sólo la corrió, esta vez logró alcanzarla a la altura del pie derecho, la herida profunda le hizo perder velocidad, y el perro duplicó la apuesta, hincó los dientes un poco más arriba… y…ay…! justo en la panza, justo donde ella guardaba celosa y amorosamente sus bebés...el dolor fue lacerante, como un relámpago, un instante que la traspasó de lado a lado… con su última fuerza se escondió en un huequito… el dolor era imposible de superar, se quedó quieta, quería pensar que si descansaba, sus pequeños estarían bien, no quería ni acordarse de que su primera cría había muerto, toda, un poco por su falta de leche y otro poco por su falta de experiencia que hizo que los dos bebés que le quedaban, terminaran su pequeña vida en las fauces de aquel mismo perro que ahora la alcanzaba también a ella…

Vanina, un joven rescatista que hace meses la veía, y se cruzaba toda la ciudad para llevarle comida, los pocos días que por su trabajo podía hacerlo, quería librarla de esa vida, pero era difícil y donde podría llevarla hasta que se recuperara… así fue como en el Hogar, supimos de su historia y dispusimos todo para recibirla junto con sus dos amigos de calle… esa tarde la trajo con lágrimas en los ojos, hacía dos días que Tekila no probaba bocado, no se levantaba del rincón donde se había hecho un bollito…cada vez más bollito a medida que se convencía que no sentía los latidos de sus bebes… así, entre el dolor y la imposibilidad de moverse Tekila ya esperaba el peor de los finales para su vida… Vani imaginaba a esta altura, que algo muy grave le pasaba a su amiga Tekila… y sí, algo muy grave le estaba pasando…

La ecografía mostró algo muy difícil de concebir siquiera…el útero estaba partido en dos por la dentellada, los bebitos no tenían ya vida, los vetes que estaban en el lugar, aconsejaron operar inmediatamente, lo que encontrarían los dejó mudos, inconcebible imaginar estos daños, pero sí…Tekila era una habitante más de la brutal calle y estas cosas en la calle, suceden…al abrirla, no sólo quedó confirmada la ecografía, su útero en efecto estaba desgarrado, la mordida había sido tan brutal que había terminado también con la vida de los pequeños, y  la infección abarcaba toda la cavidad, y uno de sus piecitos tenia varias mordidas y la misma infección producto de la suciedad, la herida no atendidas…el abandono… la calle…  

Gracias a los excelentes cirujanos… Kiki, Mariana, Eduardo, Yamila… ninguno de los cuatro escatimó dedicación, amor y un esfuerzo único, entre todos, lograron que Teki salga de la operación con vida, y un pronóstico reservadísimo, pero aun con posibilidades de luchar, por eso siempre decimos "Todos somos Lourdes" porque sin una rescatista como Vanina, sin un equipo de cirugía de emergencias como los doc… Teki… no tendría hoy la posibilidad de un mañana… 

La pequeña llegó al Hogar muy débil, hubo un límite en la vida de Tekila, que fue su encuentro con aquel perro, que no es malo, no es feroz…él sólo lucha y se debate en la misma mugre que ella lo hizo mientras pudo, y donde también se debaten otros, cientos, miles, como ella, como el perro, miles…

En la incubadora, Teki se debate entre la vida y la muerte, al menos, le sacaron el útero destruido,  los dos bebés muertos, limpiaron la infección del vientre, acomodaron y limpiaron la patita herida, curaron y vendaron los cortes con una venda tan blanca como la misma Tekila… ya en el Hogar, Sandra la abrazó, caminó con ella el trecho hasta la incubadora y allí la acomodó, sobre una mantita mullida, con toallas blancas alrededor y una bolsa de agua caliente sobre sus piecitos, que estaban helados… está con antibióticos, suero, calmantes…
Su carita mínima, contraída por el dolor, ya se veía relajada, quedó ahí, acostada como aliviada de estar al fin al resguardo de esa calle brutal que conoció como su única casa… ahora miraba hacia la pared, no quería ver del mundo ni siquiera la luz del sol que ya se iba ocultando…

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