Los gatitos del Hogar de Rescate y Proteccion Lourdes, han sido premiados en el Año 2019, como los mejores pets en el Ranking Nacional de Argentina, por la WCF.-World Cat Federation y su club Fedagat.-

miércoles, 24 de febrero de 2021

Mandala Lourdesiana

Los mándalas (o mandalas) son representaciones simbólicas espirituales y rituales del macrocosmos y el microcosmos, utilizadas en el budismo y el hinduismo. Mándala es un término de origen sánscrito.
 Estructuralmente, el espacio sagrado (el centro del universo y soporte de concentración) es representado como un círculo . En la práctica, los iantra hindúes son lineales, mientras que los mándalas budistas son bastante figurativos. A partir de los ejes cardinales se suelen sectorizar las partes o regiones internas del círculo-mándala.
Es muy probable que la universalidad de las figuras mandálicas se deba al hecho de que las formas concéntricas sugieren una idea de perfección (de equidistancia con respecto a un centro) y de que el perímetro del círculo evoque el eterno retorno de los ciclos de la naturaleza (tal como en la tradición helenística lo proponía, por ejemplo, el uróboros).
A su vez, en los rituales mágicos es frecuente la separación de un espacio sacro respecto de uno profano; para esto, en la tradición del ocultismo occidental, se ha recurrido y recurre a los círculos mágicos; el espacio sacro —o al menos el del ritual— es el inscripto en tales círculos que, de este modo, cumplen funciones análogas a los mándalas orientales.
Esta universalidad de los mándalas hizo que el psiquiatra Carl Gustav Jung los privilegiara como expresiones probables de lo inconsciente colectivo. Para Jung, el centro del mándala figura al sí-mismo (Selbst), que el sujeto intenta lograr perfeccionar en el proceso de individuación.

lunes, 22 de febrero de 2021

Mike, el Custodio del Museo


Corría la primavera de 1908, cuando el viejo Black Jack -un enorme y anciano gatazo que habitaba las aulas del British Museum- caminó hacia el Director de Antigüedades Egipcias, profesor E.A.WallisBudge con un objeto contundente en su boca y lo depositó a los pies del profesor. El objeto resultó ser un pequeño gato colorado que bautizaron como Mike.
Como pasa muchíiiiisimas veces, en realidad casi siempre, los humanos nos conmovemos de estas miniaturas con forma de bola de pelos, y el profesor no fue la excepción.
Instalado ya en el museo, el pequeño Mike aprendió durante todo un año cómo ser un gato adulto, de la mano de Black Jack quien enseñó al pequeño todos los trucos para ser un gran gato, una tarde lameteó la cara de pequeño, se restregó contra las piernas del profesor y partió.
Mike pasó los siguientes 20 años en el Museo, toda una curiosidad si tenemos en cuenta que los gatos en aquella época no vivían más de 14 o 15 años, pero Mike era cuidado y querido por todos, y eso significaba ser bien alimentado y atendido en todas sus necesidades. Durante ese tiempo, custodió celosamente la puerta de museo impidiendo por ejemplo la entrada de perros, a los que espantaba con enorme bufidos hasta intimidarlos, tampoco permitía el acceso a las áreas reservadas del Museo a los desconocidos, así como no aceptaba comida de más que de algunas personas de su confianza
El Felino más afamado del Siglo XX, así lo reconocía la Revista TheStar, en una publicación del año 1927:
“A los ojos de todos los eruditos, de todos los escolares, las elegantes señora en Saari, monjes de negras túnicas, turistas, investigadores, visitantes casuales o los que tan sólo van por curiosidad, todos lo ven con cariño y él pareciera comportarse como si todos fueran sus iguales” agregaba en el texto de la nota, en verdad una de tantas de las que se escribieron sobre él. Cuando en 1929 Mike partió siendo ya un anciano de 21 años, Wallis Budge escribió su obituario en el Evening Standard -uno de los diarios más prestigiosos de la época- En ese afectuoso escrito se incluía una Oda compuesta por F.C.W.Hiley que decía:
¡Viejo Mike! ¡Adiós! Todos lo lamentamos
Aunque nunca nos dejaste ser a nosotros mismos tus mascotas,
entre todos los gatos fuiste el más sabio, el mejor!
Así te recordaremos. Descansa en paz.
Un tiempo después se erigió la piedra sepulcral de Mike, cerca de la entrada principal sobre Russell Street, en la inscripción figuran las palabras de su amado profesor de ciencias egipcias: "Ayudó a custodiar esta puerta del Museo desde febrero de 1909 hasta Enero de 1929”
En 1979, al cumplirse los 50 años de su deceso, los principales directores de áreas del Museo escribieron cada uno un capítulo de un bello libro que se tituló: “Mike, el gato del Museo, nuestro recuerdo en el Jubileo de su partida”. Aun hoy en esos claustros, se lo recuerda con cariño. Y en el día internacional del gato se lo celebra con fotos y anécdotas publicadas en la página oficial del Museo.


sábado, 20 de febrero de 2021

Laberintos

Justo, sí... justo, estas cosas me pasan siempre a mi , caminaba aquel lunes hacia el trabajo, tranquila, con el tiempo suficiente no sólo para llegar temprano a pesar de ser un lunes nublado y ventoso, sino también para tomarme un rico café con leche de soja y una medialuna previo... cuando ....paf!!!!
Siento un ruido, miro.... y ahí estaba rodando por la calle un pequeño gato blanco, que terminaba de ser atropellado... reacción instintiva! me tapé la cara, pero fue más fuerte que yo... miré! el auto siguió, obviamente y yo obviamente me acerqué, vi que respiraba y se movía, aunque con dificultad, tenía la cara y la manito a la altura del omóplato, muy lastimada, sangraba y se quejaba.
Lo agarré, lo levanté, pensé... y ahora???? que hago??? si lo dejo apoyado en el pastito y sigo? si es de alguien acá lo van a encontrar, yo tengo un día complicado, el trabajo, el estudio... pero y si no es de nadie??? y no... no pude, el "pastito" estaba húmedo, mojado por el rocío y el gatito tiritaba, supongo que por el shock.
Así que saqué de mi mochila el sweater que siempre llevo, por las dudas que refresque, lo arropé y me dirigí a la vete que está al lado del bar donde pensaba desayunar... chau desayuno...!!!
.- hola buen día, traigo un gatito accidentado...
.- mmmm, gatita! linda! callejera no? quien se va a hacer cargo si la tomo y la curo?
.- yo obviamente,
.- pero te la llevás, no podés dejarla acá, si después no volvés yo que hago?

Tenía razón, pero sentí que una razón a medias, como esas cosas que a veces son correctas ó legales... pero injustas de todos modos... como la anestesió un poco para limpiar las heridas, aproveché esa situación para guardarla dentro de la mochila y del sweater, donde se durmió profundamente, creo que se sintió contenida y arropada... 
Yo me fui a trabajar, llegué tarde, me retaron, me sentía bien por haberme ocupado, ella durmió el resto del día.
 Luego comenzó nuestro peregrinar, sin darme cuenta ingresé en el Laberinto, soy joven, si bien trabajo, también estudio y eso me lleva una buena parte de mi sueldo, es decir no dispongo de los recursos necesarios para nada en mi vida, menos aún para un ir y venir descorazonados en los que se transformarían mi vida y la de ella en los siguientes meses.
 
Sitio público
.- turno para una placa, si, señorita anote, para el 11 de noviembre
.- pero eso son casi 3 meses... para una placa???- antes no es posible?
.- lamentablemente no, estamos colapsados
.- ok, espero

Vete privado
.- tiene dos fracturas y el ojo lo pierde seguro, además si la operás... no puedo hacerte precio, aparte si luego de todo eso no tiene los cuidados necesarios… no es mejor ahorrarle sufrimiento y pensar en ponerla a dormir?
Traté de sonreír, aunque quería tirar todo por los aires y salir gritando e insultando ante la impotencia, pero me contuve, en cambio de eso, dije un diplomático...
.- pero es un ser vivo...algún derecho la debe asistir...!
.- es tuya?
.- no, es de la calle...
.- entonces pensalo como una posibilidad… porque aun operándola… vos, podes hacer el post operatorio, que es complicado y lleva varios meses? pensalo piba, nunca vas a poder salvar a todos los de la calle!!!
.- a todos no, pero esta se cruzó en mi camino...
.- te entiendo, pero trato de darte la única opción que veo que es viable, sin cuidados y atención sólo va a estar condenada al sufrimiento y el dolor ó conseguis un lugar donde hacer el post, o ni siquiera una operación la ayudará...

Entonces comenzamos a peregrinar por refugios, varios, de todos los tipos y todos los tamaños...
.- lugar en el refugio? olvidate!!! es época de bebés!!!
.- acá sólo tenemos perros…
.- lugar acá? nooooo, no agarramos enfermos, no tenemos la estructura…
.- no está enferma, solo herida, se va a sanar!
.- de acuerdo, tampoco agarramos heridos, quien va a adoptar luego una tuerta? y encima renga?

A todo esto, el tiempo pasaba y decidí darle un nombre, Anastasia, como la princesa rusa de mirada triste, y le diría Ania, ella después de todo también tenía la mirada triste y pensativa, siempre, cuando volvíamos de nuestros peregrinajes infructuosos, Ania se quedaba como pensativa, mirando  la nada y yo me debatía en imaginar...
.- que pasará por su cabecita??? a donde iría el día del accidente? que la distrajo?? Sabrá que yo no fui quien la atropello??? entenderá que quiero ayudarla??? se dará cuenta que difícil es todo????
... en algunos momentos, mientras todas estas preguntas corrían por mi cabeza, recibía de ella un sonoro
.- miau!!!
...lo que me hacía pensar que entendía más de lo que yo podía imaginar... y así fuimos haciéndonos amigas, y aprendí de ella muchas cosas, por ejemplo, que era tan tierna como nunca imaginé en un animal, que era tímida, y prudente, alegre como pocas, que en las mañanas cuando me despertaba con su patita de nieve y aguardaba pacientemente las curaciones, por dolorosas que fueran, ella entendía que la estaba ayudando...
 
.- no hay un turno en otro horario? a esa hora trabajo
.- es lo que hay, si no te sirve se lo damos a otro, hay muchos esperando...

Día a día fuí, vine, pregunté, organismos oficiales, privados, mixtos, funcionarios, profesionales, seres humanos, seres medio humanos, todo eran trabas para una gata de la calle y una jóven intentando ayudarla sin muchos recursos económicos... de a poco me fui metiendo en una especie de laberinto, del que no encontraba como salir... sentía que éramos como un dúo de desclasadas sin opción ni lugar en aquel galimatías…

Por la noches lloraba, parecía que no había salida para mi laberinto de ayuda y buenas intenciones, ni modo de encontrar una solución coherente.
Entre mis recorridos, zozobras, preocupaciones, recuerdo una en particular, fue la tarde cuando Sari, mi amiga de la infancia me planteó:
.- no te entiendo, hace semanas que andas de acá para alla gastando plata con esa gata tuerta!
.,- no está tuerta, todavía, y quiero ayudarla
.- pero dejála donde la encontraste, es de la calle, que te preocupa...!!!
También a ella estuve por contestarle como a los demás, que es un ser vivo, que sufre, que su ojito debía dolerle y dolerle el alma por su estado de abandono y tristeza, más allá de los magullones en todo su cuerpito frágil y pequeño, que tenía el derecho de tener una vida digna, que somos responsables por los seres que abandonamos en las calles, sean animales bebés ó viejitos humanos... pero preferí mantener el silencio, me di cuenta que si ese planteo venía de alguien que me conocía tanto como Sari, era porque en algún momento una zanja profunda se había producido entre mi amiga y yo... ella no entendería mis motivos, y yo no dejaría sola a mi Ania, terminaba de perder una amiga y ganar una convicción.

Su ojo empeoraba y no tenía forma de llegar a la cifra que me pedían para la operación, comencé a desesperarme, que se hace con una animalito de la calle?!?!?!?!?!? que se hace cuando no se tienen los recursos para ir a un veterinario privado, operarla, castrarla, curarla, atenderla, y todos los etc…

El golpe de gracia fue mi viaje de trabajo, viaje por otra parte deseado hasta la locura, reconocimiento de mis méritos, mejora económica, posibilidades de ascenso... todo lo que había soñado y por lo que había trabajado desde hacía más de dos años, llegaba ahora... mi vida se convirtió entonces en un torbellino, todas las noches llegaba a casa y entraba en un crisol de llamados, las respuestas.... todas muy parecidas...
Ania me miraba con su único ojito, comía, jugaba, me hacía mimos como alentándome, aún cuando ni yo creía ya en mi capacidad de ayudarla...

Una noche luego de casi ocho meses de dedicar todos los días a procurar una ayuda para ella, recibí un llamado
.- hola, te llamo del Hogar Lourdes, vos buscabas ayuda?
.- Hogar?
.- bueno del refugio, pero le decimos Hogar, suena más cálido al oído, de gatos...
.- si me imagino, pero ustedes llaman???? hace tanto que busco... y tienen lugar?!?!?!? seguro no tienen lugar?????
.- sí, por eso te llamamos, si estás con más o menos tiempo para venirte... en el fin de semana hubo bastantes adopciones y quedaron unos lugares, podemos recibirla el miércoles.

Solo atiné a decir gracias, uno solo, cuando hubiera querido que fueran miles... en cambio colgué y lloré...
El largo laberinto sin salida que en este caso había sido el hecho de ser humana, detenerme ante un accidente callejero y tratar de ayudar, me dejaba ver su puerta de salida...
 Muchos meses habían pasado, ya estaba encariñada con la pequeña, pero me iba un largo tiempo, y ella finalmente tenía un lugar donde estar, es decir terminaban de decirme que tenía un Hogar donde sería castrada, operado su ojito, se le buscaría una familia... tenía un lugar...
Meses de peregrinaje terminaban con ese llamado cortito y determinante...

Cuando ese miércoles la dejé, me miró como diciendo
.- ya está, te vas? no me hacés un último mimo? acá voy a solucionar mis problemas, pero a vos, que fuiste mi primer eslabón hacia una vida digna... te voy a extrañar! 

Me volví, la abracé y le prometí visitarla, eso haré este domingo, mientras tanto, el laberinto me regaló más tiempo libre liberándome de amigos que con dolor comprobé que no lo eran tanto, y en cambio la vueltas del laberinto me proveyeron de otros, más cercanos tal vez a este umbral de sensibilidad que me regala hoy la vida, éstos últimos juntaron cosas, alimento, leche, hasta unas frazaditas y vendrán conmigo a visitarla, ó tan sólo a dar una mano, en donde ella quedó hay otros, casi 100 animalitos de planta permanente, entre los que llegan y se van, más los que ayudan en diferentes comunidades, que han recorrido como Ania un largo y difícil laberinto citadino, el de la orfandad.