miércoles, 24 de febrero de 2021
Mandala Lourdesiana
Los mándalas (o mandalas) son representaciones simbólicas espirituales y rituales del macrocosmos y el microcosmos, utilizadas en el budismo y el hinduismo. Mándala es un término de origen sánscrito.
Estructuralmente, el espacio sagrado (el centro del universo y
soporte de concentración) es representado como un círculo . En la práctica, los iantra hindúes son lineales, mientras que los mándalas
budistas son bastante figurativos. A partir de los ejes cardinales se
suelen sectorizar las partes o regiones internas del círculo-mándala.
Es muy probable que la universalidad de las figuras mandálicas se
deba al hecho de que las formas concéntricas sugieren una idea de
perfección (de equidistancia con respecto a un centro) y de que el
perímetro del círculo evoque el eterno retorno de los ciclos de la
naturaleza (tal como en la tradición helenística lo proponía, por
ejemplo, el uróboros).
A su vez, en los rituales mágicos es frecuente la separación de un
espacio sacro respecto de uno profano; para esto, en la tradición del ocultismo
occidental, se ha recurrido y recurre a los círculos mágicos; el
espacio sacro —o al menos el del ritual— es el inscripto en tales
círculos que, de este modo, cumplen funciones análogas a los mándalas orientales.
Esta universalidad de los mándalas hizo que el psiquiatra Carl Gustav Jung los privilegiara como expresiones probables de lo inconsciente colectivo. Para Jung, el centro del mándala figura al sí-mismo (Selbst), que el sujeto intenta lograr perfeccionar en el proceso de individuación.
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