Los gatitos del Hogar de Rescate y Proteccion Lourdes, han sido premiados en el Año 2019, como los mejores pets en el Ranking Nacional de Argentina, por la WCF.-World Cat Federation y su club Fedagat.-

sábado, 25 de agosto de 2018

Lourdesiano Kilimanjaro, su historia


Kilimanjaro, fue adoptado en nuestro Hogar en marzo del 2009, sus papas amorosamente nos hacen llegar estas lineas recordando ese momento y la hermosa vida que comparte con ellos ! 

 
Para todos aquellos que dudan en adoptar un gato, por diferentes motivos, voy a dar testimonio a través de un relato, que espero les sirva para decidirse a actuar. Esta es entonces, la historia de un gato llamado Kilimanjaro.
Para empezar con sinceridad, comento que solía ser reacio al tema de convivir con una mascota, un poco por la idea de considerar que los animales sufren en espacios cerrados y que los hombres los domesticaron caprichosamente para satisfacer sus necesidades personales, sin pensar tanto en las de ellos. Lejos estaba de pensar, que alguna vez, un pequeño gatito podría hacerme cambiar de parecer, y que además me trajera tanta alegría.

Todo comenzó, como corresponde a cualquier buena historia, por amor. Y así, llegando la fecha del cumpleaños de Flor, mi novia, amante de los gatos que me fue contagiando su cariño por estos simpáticos animalitos, la opción de una sorpresa relacionada con una nueva mascota había empezado a rondarme la cabeza.

Flor convive con Pirulo, que la acompaña desde chiquita, ¡y que ya tiene 19 añitos! un gato enorme, tranquilo y glotón, de pelo largo marrón clarito y blanco, casi tirando a naranja, y también a Anita, de 3 años, una belleza exótica de pelaje tricolor predominante el negro con muchos reflejos de diferentes tonalidades castañas que adora dormir horas y horas achichonada entre las sábanas.

Otro gatito en su casa por ahora (uno nunca sabe) se veía complicado, sobre todo por los celos de Anita que se pone un poco incordiosa con las visitas animales extranjeras. Así que analizando la situación, empecé a considerar la posibilidad de regalarle un gatito pero que viva en mi departamento.

Previamente a esto, pasaron por casa unos cuantos días, en momentos diferentes, Juanita, Dora y Frida, gatitas de gente amiga que por vacaciones o viajes de fin de semana largo necesitaban un cuidado y con la complicidad de Flor nos ofrecimos para cuidar. Estos cuidados fueron pruebas cruciales para mí, ya que viviendo solo, muchas veces no estoy en casa y tenía mis dudas. Pero después de esto, empecé a contar con experiencia y a tomarle el gustito a la compañía felina.

Iniciando las averiguaciones en veterinarias y en Internet por la posibilidad de adopción de mascotas, me encontré con el Hogar Lourdes, y consultando por email me asesoraron muy bien y después de leer e informarme bastante sobre la convivencia con los gatos, tome la decisión en secreto.

Fuimos con Flor al Hogar, engañada por supuesto, y ahí entre un montón de gatitos hermosos después de una dura decisión, adoptamos un gatito pequeño de 3 meses que se llamaba Kim, de pelaje corto, con el lomo y antifaz atigrado en un castaño grisáceo y la panza y patitas blanquitas, con unos ojos verdes delineados que le dan un aire distinguido casi de corte egipcio.

En el Hogar nos recibieron muy bien, llevamos unas cuantas bolsas de piedritas higiénicas para colaborar, porque la tarea que realizan es encomiable, pero requiere de muchos recursos, por lo que me pareció apropiado ayudar de alguna forma, ya que después de todo recibimos en forma gratuita un animalito bien cuidado, limpio y con las vacunas y hasta castrado en caso de que su edad lo permita.

El tema del nombre fue casi un trámite, porque en charlas previas de hipótesis “si alguna vez tenemos un gato…” yo había negociado mis condiciones, y así fue rebautizado “Kilimanjaro”, que además no difería tanto de su Kim anterior. Obviamente por cuestiones prácticas lo llamamos la mayoría de las veces por su diminutivo, “Kili” al que respondió enseguida. Además, el monte Kilimanjaro al que hace alusión, es un volcán en el norte de Tanzania, el punto más alto de África, de cumbre cubierta de nieves eternas en medio de una planicie de la sabana, rodeado por monte y selvas circundantes que ofrece un espectáculo único. Con su pelaje alternado, atigrado y blanquecino, y su carácter indómito, cariñoso y juguetón a la vez, y con su hermosura, Kili, Kiliito o mejor Kilimanjaro tiene entonces un nombre muy apropiado.

A partir de ahí, entró en nuestra vidas un nuevo integrante de la familia para darnos alegría y compartir lindos momentos.

Hoy Kili, es un gatito muy alegre, super mimoso, que ronronea mucho y le encanta que lo mimen y lo acaricien. Esta muy grande y le encanta comer. Juega mucho con sus chiches, pelotitas, un peluche chiquito y unos auriculares viejos que le encanta morder, y hasta los trae de vuelta como cualquier perro cuando se lo tiramos a lo lejos para volver a traerlos. Es muy curioso y anda por todos lados descubriendo cosas nuevas para jugar.

Si bien pasa algunas horas solo, se porta muy bien y siempre que llegamos nos espera ansioso y nos hace fiesta, se pone contento y nos brinda su compañía. Mirar la tele en la cama, toma otra dimensión, acariciando a Kilito que se sienta con nosotros a disfrutar de unos mimos. Cuando va a visitar a sus primos, Pirulo y Anita, nos matamos de risa con sus reacciones, y de a poco se van entendiendo y aprendiendo a aceptarse y a convivir aunque sea un ratito en esas visitas esporádicas.

La moraleja, el consejo, o como quieran entenderlo, es que un gatito es una excelente compañía, un animal muy cariñoso, y que además no requiere de cuidados muy complicados, más allá de ponerle su agua, comida y cambiarle las piedritas, así que no hay excusa valedera para no adoptar tan excelente compañero.
Alegren su vida y alegren una vida.
Adopten un gatito que no se van a arrepentir.

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