sábado, 20 de octubre de 2018
Quiero mi Caja!!!
¿Por
qué el juguete favorito de los gatos son las cajas de cartón?
Si tienes un gato (o eres adicto a
los vídeos de gatos), lo sabes: da igual lo chulo que sea el juguete que le
compres o lo complejo que sea el parque de atracciones felino para que estén
entretenidos todo el día. Siempre,
siempre ganan las cajas de cartón. Hacer la prueba es muy
fácil: cómprale un juguete a tu gato que venga en una caja de cartón –no
importa si es pequeña– y dale a elegir. No hagas apuestas porque el caballo
ganador es la segunda. ¿Y por qué?
Un reciente estudio baraja dos razones. En Catshelterfindings: Less stress with box
access, conducido en la Universidad de Utrecht se demuestra que las cajas de cartón
reducen el nivel de estrés y ansiedad de los felinos porque, primero, se
sienten protegidos y seguros en espacios pequeños. ¿Relación directa con el vientre
materno? Puede ser. Pero todo apunta a que lo perciben más como una madriguera
desde la que pueden controlar quién aparece por la entrada.La otra razón señala al material. Y es que parece ser que el cartón del que están
hechas las cajas es un aislante excepcional lo cual es una manera estupenda de
estar calentitos y de mantener la temperatura con la que más a gusto se
encuentran.
Probablemente estés pensando que tu gato, tu querido
gato, no
se acurruca en las cajas de cartón ni parece estar más tranquilo, sino todo lo
contrario. Es
más: tu gato destroza la caja con pasión violenta. La tumba, entra dando un
salto, la tira de un lado, lucha con ella. Este comportamiento más
animal conecta con una tercera teoría, la que elabora Abigail Tucker, autora del libro The Lion in the Living Room (El león en el salón).
Según Tucker, cuando tienen una caja disponible se reactiva
su instinto de caza y el placer que les provoca tender emboscadas. La autora argumenta que los gatos son
depredadores y se aburren infinitamente encerrados en un apartamento.
Por eso, una caja de cartón es el auténtico parque de atracciones para ellos y
no esas complicadas construcciones de varios pisos que venden en las tiendas de
animales. Es muy fácil comprobarlo: ponle
una caja delante y mira cómo se dilatan sus pupilas. Para ellos, la cacería
está a punto de empezar.
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