domingo, 2 de octubre de 2022
Los gatos entienden de física
Bueno,
entender de física… como ocurre en muchas ocasiones – y en este blog se
ha criticado, con lo que estamos cayendo en la incoherencia, espero que
se perdone – esta frase es resultado de asignar capacidades humanas a
un animal. Para expresarlo de una manera más científica, los gatos son
capaces de detectar ciertos parámetros físicos e inferir el
comportamiento de los objetos. Y con ello, hacer uso del concepto de
causalidad – causa-efecto.
Muy
bien, pero ¿qué es lo que han demostrado los investigadores? Lo que han
hecho ha sido comprobar si los gatos son capaces de deducir, a partir
de propiedades físicas, dónde está una presa. Esencialmente, si eran
capaces de correlacionar un sonido – o la falta de él – con la aparición
de un cuerpo.
Para
ello, diseñaron un experimento muy sencillo y elegante. Empleando a
veinte gatos domésticos, les presentaban distintas cajas. Todas las
cajas se movían, pero sólo algunas producían sonido. Después se volcaban
las cajas, y de ellas podía caer algo o no. Pero, y aquí está la clave,
el sonido y el objeto no siempre estaban relacionados.
Para
cualquier que entienda de manera muy elemental la física, si una caja
produce un sonido es porque contiene algo. Es ese objeto el que, al
mover la caja, provoca el sonido. Por lo tanto, si se vuelca una caja
que produce ruido, esperamos que caiga un objeto. Y cuando no ocurre,
nos quedamos esperando para comprobar qué ha pasado.
Y
esto es exactamente lo que hacen los gatos. Cuando no caía ningún
objeto de una caja que producía sonido, los felinos permanecían en
estado de alerta, esperando al objeto. También resultaban asombrados si
caía un objeto de una caja silenciosa.
Puede
parecer una cuestión menor, pero demuestra una capacidad de inferencia –
de deducción de causas y efectos – mucho más compleja de la que, en
general, esperamos de cualquier animal. No es física cuántica, pero
estamos hablando de gatos.
La
razón de esta capacidad parece clara. Dada su forma de vida, los gatos
no siempre pueden ver dónde se sitúan sus presas. Si son capaces de
deducir el lugar aproximado en el que aparecerá una presa a partir del
sonido que provoque al moverse por el entorno, sus posibilidades de
supervivencia mejorarán.
Hasta qué punto está desarrollada esta capacidad aún debe ser estudiada. Pero, como poco, es una curiosidad interesante.
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