Yael circulaba con su auto, no era tanto el ahorro de tiempo, sino el hecho de que Yael ama esas vistas tempranas del río en días soleados, así que haciendo caso omiso al apuro general, se dirigía como otros tantos días a su trabajo en aeroparque...
Aunque tal vez ese día no fue del todo él quien determinó el recorrido y quizás el destino puso su granito de arena y lo empujó por ese camino, cuando al avanzar, vio a lo lejos un bultito redondo en el medio de la avenida, decidió esquivarlo pensando que a lo mejor fuera una piedra, pero al pasar cerca vio que era un pequeño objeto redondeado y peludo…pensó que era un peluche que se le habría caído a algún chico, y pensó también, que descuido el de los padres no notar que el niño en cuestión tuviera las ventanillas abiertas, como para perder su peluche, pero una sorpresa le esperaba todavía…algo había que lo hizo seguir observando el peluche y cuando miró por el espejo retrovisor…ay….vio que movía las orejitas…
Ya a salvo, percibiendo la seguridad que los brazos de Yael y estar la distancia de la avenida le daban, el pequeño gato comenzó a charlar con Yael…
Si...sus miau como decía Oscar Wilde no eran sólo miau...eso es para quienes no entienden...el gatito charlaba y Yael jura que le entendía, abrazados, con el corazón todavía latiendo desbocado, ambos…asustados pero fuera de peligro gracias a la valentía y el enorme compromiso de Yael para con los que menos tienen….
Entonces, se dio cuenta…volvió a llamar para avisar que ambos estaban a salvo...
durante la tarde del sábado, en una maratónica tarde de 22 adopciones, Yael llegó con su caja enorme…
Amira… mirando aún in saber que ó como sería esta nueva etapa... se despidieron como viejos amigos...ella, otra vez se volvió parlanchina como agradeciendo la vida salvada y él se despidió con una charla intima...acurrucados los dos en la escalera. Se dijeron adiós y seguramente ambos se desearon suerte en sus respectivos caminos…
No pudimos evitar pensar...quien pudo dejarla en ese lugar...??? Un humano??? Si, si, claro con forma de humano...pero...humano??? De no ser que el dios de los gatos le hubiera puesto a Yael en su camino, ese era un cadalso cruel y doloroso para la pequeña... y entonces…otra vez la pregunta que vez a vez me hago, cuando me toca protagonizar ó presenciar un rescate, el animal, gato, perrito, el que sea, nunca llega a provocar situaciones de peligro hacia otro animal, salvo por alimento…jamás por encono, destreza, deporte, inoperancia ó dejadez… pero los rescatistas, vamos indefectiblemente a la zaga de lo que otros humanos hacer para desprenderse de los modos más incoherentes y con la mayor de las crueldades de animales inofensivos…y entonces, mientras mi gata se acomoda en el sillón en el que escribo, calentita, bien comida, en paz…no puedo dejar de preguntarme…
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