Le Blanc era lindo, lindo,
demasiado lindo para ser verdad, nació y creció mimado más que nada por su
extrema belleza, tenía un ojo del color del cielo y el otro del color del sol,
zarco que le dicen, era blanco blanquísimo y de una suavidad parecida a la
mismísima seda.
Le Blanc aprendió a comer únicamente
el balanceado que mejoraba su blancura y su suavidad, pero, como pasa muchas
veces en la vida, un día a Le Blanc el destino le jugó una mala pasada y quedó
en la calle…
Cuentan los gatos memoriosos que
viven en los baldíos, que cuando tenía casa, era muy muy mimado, también estaba
enamorado de una bella gata tan blanca como él, pero la familia sin dar muchas
explicaciones, un día regaló la gatita, se dijeron un doloroso adiós que casi
nadie entendió porque ambos hablaban en “felinus”
y desde entonces, Le Blanc sólo muestra su mal humor y no tiene otra cara que
esa que manifiesta su ancestral tristeza…
Una noche en que vagaba, bastante
malhumorado y hambriento por las calles vacías y húmedas de la ciudad, se
encontró a un gato callejero que le contó que para mitigar las penas, había que
mirar el cielo, cosa que a Le Blanc, acostumbrado a vivir en un departamento,
nunca se la había ocurrido, el gato callejero, le contó que allí viven unas
fantásticas esferas de luz, llamadas estrellas que rodean y decoran el lugar
donde también vive la Luna, que es como la más grande de todas las estrellas y
hasta tiene una cara cordial con la que observa la tierra, le contó que algunas
noches la Luna brilla muy grande y muy redonda, aquel gato le contó también que
estaba enamorado de la Luna y a ella le cantaba, desde los tejados, las noches
de Luna Llena…
La Blanc lo escuchó fascinado,
tanto, que desde ese mismo momento esperó con ansias las noches para adorar él
también a la Luna, y por qué no, también enamorarse de ella, perdidas como
estaban las esperanzas de reencontrarse con su amiga la gatita blanca, los
meses pasaban y su pelo sedoso se fue volviendo opaco, la comida en la calle
era poca, la vida difícil pero, se consolaba pensando que ahora que sabía soñar
y era ung ato romántico ya ni la buena vida de aquella casa le interesaba…
.- San, tenés lugar para uno que
parece que tuvo casa, todo blanco…??? …angora turco parece, sí… pero con mucho
tiempo de calle, está hosco, miedoso, muy sucio y flaco…
.- pero sí, claro, traelo!!!
.- es raro sabés, es como un gato
romántico, mira la luna por las noches, le llevo comida pero come poco y sigue
maullando hacia el cielo nocturno, de día, en el barrio nadie lo ve, lo que es
casi seguro es que alguna vez tuvo casa, pero si la tuvo, fue hace mucho,
mucho…
.-y bueno, traelo, y tratemos de
curar su tristeza y su enojo …
Cuando llegó al Hogar, Le Blanc
mostraba su peor cara, estaba enojado con la vida, con el mundo y sobre todo
con los humanos, San no hizo muchos
comentarios, guardó a Le Blanc en un gatil enorme, aunque era el más bello de
los bellos, el vete le dijo que su cola torcida, no se sabe si por un
accidente, una mordedura ó que, nunca volvería al lugar correspondiente. Además
a Le Blanc tampoco le gustaban los compañeros de gatil, él quería ser único y no
tener que compartir con nadie ni siquiera su tristeza infinita… aún cuando toda su alcurnia se había reducido a
llegar como un callejero cualquiera y quedar alojado en un orfanato… porque
sino… que es un refugio…?!?!?! Pero la parte buena fue que desde su lugar en el
orfanato, Le Blanc pudo seguir viendo por las noches la Luna, y cada vez que lo
hacía se acordaba de aquel gato callejero y lamentaba que no pudiera
acompañarlo en este nueva aventura, un par de semanas después,cuando Sandra
estuvo segura de que él estaba tranquilo, también pasó a quedar suelto algunos
días con sus noches, así que formaba parte del seleccionado grupo que duerme
donde quiere, obviamente, Le Blanc quería dormir en la terraza mirando horas y
horas la Luna…
En otro lugar, alejado del Hogar,
y por esta magia que tienen las ciudades, donde millones de historias corren
paralelas y a veces ni siquiera se cruzan, en el otro extremo de la ciudad, una
jovencita con manos como de seda, miraba un día FB … nada, nada en especial ojeaba Fb, para arriba,
para abajo, ésta foto, aquella amiga... así como así…como cualquier otra cosa,
cuando vió una foto de Le Blanc… se detuvo, leyó parte de su historia, vio la tristeza
de su mirada… y se enamoró de él…
.- mami, podemos adoptar otro
gato?!?!? ¡
.- que viste????
.- se llama Le Blanc, tiene una
triste historia, parece que donde vivió ya no lo querían, porque parece de
raza, pero lo encontraron en la calle muy estropeado, si hasta tiene la cola
torcida… también parece que es un poco malhumorado ó soñador, dicen que mira todo
el tiempo a la Luna…
.- y que le viste de especial???
.- su mirada!!! Y que se haya
enamorado de la luna…estoy segura
que necesita amor…
.- ok, si vos crees que él
necesita una oportunidad, traelo…
Un rato después se comunicaban
con el Hogar, y otro rato después, se comunicaban con una voluntaria, Sandra
estaba decidida a extremar cuidados, con él nada podía fallar…
.- hola, conocés a esta familia???
…quieren adoptar a Le Blanc, pero vos sabés, con él hay que extremar todos los
cuidados…
.- si, sí, pero tranquila…!!! familia
súper, gente encantadora!!! Hogar de diez!!!
.- tanto como para darles a Le
Blanc? vos sabés toda su tristeza, no quiero arriesgar nadisima de nada!!!
.- San, las conozco, y sé lo que
me contó lady Mia U, Le Blanc, está enamorado de la Luna, su posible familia
está enamorada de él y él necesita una casa con mucho amor y paciencia, ellos
lo tienen…
.- ok, entonces, Le Blanc tiene
familia…
Esa misma mañana de sábado, llegó
la joven con manos de seda, lo vio, lo acarició, él sintió de sus manos esa suavidad como de seda y la
energía de ella se fusionó por un instante con la de él, eso le gustó, pero
sabía que eran muy pocos los humanos en quienes confiar, asombrado vio que
Sandra traía un bolsito y allí lo alojó…raro en él que de todo sospechaba, ésta
vez no se sintió alarmado, sólo se preguntaba una y otra vez a donde lo llevarían
la niña, el bolsito y su vida en ésta su “2° vida”… pero enseguida se dio
cuenta que éste viaje era especial, así que viajó más curioso que preocupado,
un viaje corto, hasta llegar a una casa donde lo recibieron con todo el amor…
.- Bienvenido, desde hoy vas a
tener un nombre nuevo, nada de tu vieja vida, que te recuerde momentos amargos,
que te parece??? Te gusta Renato???
Y
tan así fue, que Renato hasta
se sintió repentinamente feliz, aunque una sorpresa más lo esperaba y
ésta no
lo divirtió tanto, al llegar a la casa, se encontró con que allí, había
otros
habitantes además de la niña de las manos de seda, un diminuto caniche y
una bola
de pelo a la que llamaban…. no… que se yo como se llamaba la bola de
pelo!!!!
ni siquiera prestó atención, eso pequeñito que ni siquiera parecía un
gato,
pero…ahí se dio cuenta que él tampoco sabía vivir en familia, y cuando
más
cuenta se daba de que no sabía, más se enojaba, se la agarraba con el
pequeño
caniche de la casa, un chico grande de edad, que no entendía porque
Renato
tenía tan mal humor, y Renato entretenía su malhumor, lo miraba fijo,
como todo
gato sabe hacer hasta que el caniche arrinconado se hacía pipi, entonces
él,
partía satisfecho, si su diminuta amiga persa se cruzaba, … paf… la
corría del camino, y seguía indiferente, después de todo, quien era esa
pequeña bola de pelos y runrunes, para cruzarse en su vida...
después…abajo del sillón… donde nadie llegaba…
Los comienzos fueron duros, muy
duros…
.- como anda todo…?!?!?!?
.- y… difícil… a él le cuesta…
.- escuchame G, si se te complica
el Hogar está para ayudarlas ó recibirlo si ven que se hace insostenible…
.- no gracias, no de momento,
creemos que es un tema de paciencia y amor, él va a comprender que existe otra
vida…
Y los meses pasaron, sí…hasta que
un día, su adoptante, viajó por estudio tres largos meses fuera del país,
Renato se asustó, lo habría abandonado ella también por su comportamiento
hosco?!?!?! Esa jovencita de ojos claros y diáfanos, que sonreía todo el
tiempo, se habría cansado de él?!?!?! Por ella, él hubiera cambiado, pero ella
también había partido!!!! Que sería de él ahora!?!?!? Tal vez ya era tarde para
todo y por ahí si lo descartaban por malhumorado, hasta podría terminar siendo
un callejero nuevamente… ó peor aún… sería que la vida le quitaba todo lo que él
llegaba a amar, en esos días no podía quitar de sus recuerdos a su amiga la
gatita blanca…
Hasta que una mañana… una mañana
la sorpresa, por Skype, apareció C., la niña de las manos de seda…
.- hola Renato!!! Acá estoy feliz
estudiando, pero te extraño!!! Te portas bien?!?!?!
Renato no tenía respuesta a esa
pregunta, no se portaba bien desde el mismo día que ella se fue, pero ahora que
aparecía en aquella pequeña caja que llamaban “Tablet”, y con aquel complicado
sistema de los hombres…
…Renato se emocionó…
.- no te comas la comida de los
otros, Renato y portate bien! te extraño, vuelvo pronto!!!
Pronto, pronto, cuánto sería
pronto en la medida de los hombres…??? él vivió a la expectativa de aquella
promesa, pasaron los mese tres, tres!!! Uno, dos, tres!!! …largos meses y una mañana en que miraba
melancólico por la ventana pensando cuanto faltaría en las medidas humanas para
llegar a “pronto”… sintió un ruido raro, pero conocido, rueditas de una valija…
Corrió hacia la puerta, y sí, era
verdad, su amada C., estaba de regreso, y corrió, corrió como nunca lo había
hecho antes por nadie, Renato corrió a
ronronearle al único contacto con los humanos que había logrado despertar en
él, el hecho de ser dulce, tierno y cariñoso, el único humano con quien el
sintió el verdadero y desintereso amor, y por quien él era capaz de cambiar…
C., lo levantó en sus brazos y lo llenó de mimos, al rato la pregunta
inevitable…
.- te portaste bien???
.- mmmmm…. No mucho…
.- lo sabía, pero te amo Renato
bello, y podemos vivir en familia, nadie te va a quitar tu lugar, nunca, nunca
más!!!
…así quedaron horas abrazados, él
ronroneó con toda la fuerza que podía…
Y entonces… como él era muy
inteligente y se sabía capaz de cambiar por amor, sucedió que aquel día… Renato
cambió!!!
Hoy Renato, Gregorio (el caniche) y la pequeña
Minerva (ahora Renato recuerda el nombre de la bola de pelo ronroneadora, que hoy es además una bella gata dorada), conviven en
armonía, Renato aprendió que hay otra vida, sólo es cuestión de mirar la mitad
buena y él ahora podía no sólo mirarla, sino también disfrutarla y sonreir para las fotos…!
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