Los gatitos del Hogar de Rescate y Proteccion Lourdes, han sido premiados en el Año 2019, como los mejores pets en el Ranking Nacional de Argentina, por la WCF.-World Cat Federation y su club Fedagat.-

sábado, 30 de enero de 2021

Lourdesiana Minerva

Hola amigos!!!
Soy Minerva! Ja… que nombre me pensó Sandra como lourdesiana…!!! La Diosa de la Sabiduría… claro que el comienzo si bien fue de alcurnia, no fue tan feliz, les cuento…fui la gata e un colegio muuuuy importante, viví allí casi todos mis 3 años de vida... y aunque ahora me pregunto si realmente lo fui, así, de verdad, en aquel momento me sentía hasta orgullosa de pertenecer a esa entidad educativa….
Sip… así fue! Viví y serví en el colegio para lo que necesitaron, fui atenta, mimosa, vigilante, ahuyenté murciélagos, me mostraba feroz con los extraños y tierna con los chicos que allí estudiaban, pero el tiempo pasó, las cosas se complicaron, y parece que ahora ya ninguno de ellos se acuerda de mi… ni siquiera mi rescatistas que era la única que yo consideraba amiga y que una vez por semana me traía comida… sí amigos, yo me sentía orgullosa de que una vez por semana me dieran de comer…
El resto? Bueno, parte de mi presente es consecuencia directa de aquel comer lo que podía y cuando podía…
Yo buscaba por todo el predio, caminaba y buscaba, buscaba hasta que encontraba, a veces algún resto de sanguchito que dejaban tirado los chicos, otras algunos huevitos de pájaro.. si, sí, ya se lo que están pensando… pero yo tenia hambre y los huevitos no ofrecían resistencia, por lo que me trepaba al árbol y tuc… me robaba un huevito…   
En efecto la escuché al Dr Gustavo que es quien me opero, explicar que lo de la nariz, es consecuencia directa del tema de los huevitos… el popó de las aves, parece que hace estragos en las narices muy blancas, pero yo tenía hambre y lo solucionaba del modo que podía, ya que nadie salvo Caru se acordaba de darme algo de comer una vez por semana …
…aunque Caru es hoy también parte de mis cavilaciones, tan buena amiga que fue… y pareciera haberse olvidado ella también de mi…
El resto, bue… sólo fue consecuencia del día a día y el sol, soy blanca, muy blanca, y el sol no es bueno para mi piel, pero yo vivía en una ventana, donde había crecido una enredadera y entonces fabriqué allí mi refugio, donde no me alcanzaban los perros del predio ni los  niños de juegos extravagantes de los que más de una vez sufrí las consecuencias...
…el resto del día vagaba por el parque y los patios.
Un día… plop… apareció como de la nada un lunar, con los días creció, se hizo bolita… bola… se convirtió en tumor, parece ser que nadie lo vió, entonces nadie pudo ayudar, llegó a tener casi el tamaño de un huevo…tomó mi oreja, y fue más adentro aún. Me causaba dolor, molestia, picaba, y si me rascaba, sangraba mucho, se enganchaba cuando quería saltar a algún lugar, por lo que perdí parte de mi movilidad, comí menos  y me puse muy flaquita…
Una tarde de invierno, que el sol había convertido en casi primaveral, Caru me acariciaba, cuando notó que grande estaba mi lunar-tumor, se preocupó y contactó al Hogar , que arreglaron mi rescate, yo me asusté, no conocía otro lugar que el predio y no me gustaba eso de mudarme… Caru me explicó…
Dos semanas tuvieron que pasar todavía, hasta que los horarios de ambos coincidieron, ese día la vi acercarse a Caru, me tomó en brazos, me acarició y se despidió, yo nunca pensé que era para siempre, tuve la ilusión de volverla a ver algún día…
…y así, en una gatera, con la oreja muy dolorida y bastante asustada llegué al Hogar casi de noche, me acuerdo bien de ese momento porque hubo algunas cosas que me llamaron la atención.
Primero, la dulzura de Sandra, ella no frunció el hocico (ay perdón, me olvido que en humano se dice boca) pero bueno, no la frunció cuando vió mi estado, sino que me abrazó y acarició como si fuera la gata más bella del mundo.
Segundo, los gatitos lourdesianos que reciben a todos los que llegamos con tanta calidez, nos acercan alguna comida, nos muestran  donde está el agua, nos hacen conocer el lugar,  tan amables , que me hizo repensar a ciertos humanos que conocí en mi vida…
Tercero, ay.. sí, esto fue también muy importante, llegué en noche de luna llena, la luna saben, acompaño muchas de mis noches de aislamiento, fue compañera, confidente y camarada de soledades, cobijó mi viaje hasta aquí, me ayudó a superar el momento, y tan amiga fue que para que no me sintiera sola, y lejos de casa, se mudó al pulmón verde del Hogar, aquí también alumbra y vigila paciente mientras despliega toda su plateada energía.
El resto… la verdad no se que contar que no suene difícil, extirparon mi tumor al otro dia de mi llegada, pero el vete dijo que había más que quitar, es triste decirlo, pero lo “más que quitar” fue mi oreja, y parte de mi nariz…
Hoy reposo con buena comida, agua fresaca y muchos mimos, en lo que las chicas llaman muy seriamente “incubadora”, y si bien me da cosita que me fotografíen así, nuestra traductora me explicó que es útil que me vean y sepan que cosas terribles no pueden pasar por descuidos humanos.
Desde que llegué y estos días más, Sandra y sus ayudantes me toman a diario entre sus brazos y me preparan para una vida de amor, desde mi "casita de cristal", veo una vez más la luna llena, una vez más se asoma y me acompaña, plácida, filósofa, me mira, sonríe y me deja saber que hay un futuro mejor, que no está lejos, que mi oreja y mi nariz cicatrizarán y tendré oportunidad de una nueva vida, pero esta vez en familia, me ha prometido que a donde vaya ella vendrá conmigo y eso me da confianza, hoy vuelvo a sentir esas ganas de vivir que en la ventana del colegio por un momento creí perder, esa chispa de su brillo que hoy ilumina mis sueños de hogar.
Gracias, Minerva

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