Yo tengo un gato azul…
Que
siempre camina lento, como valorando, como pensando el paso a seguir...
que invariablemente me mira fijo y en el más misterioso de los
silencios se acurruca cerca mío y me resguarda...
Su
pelo brilla "gris" para los poco instruidos… "negrito" para los
distraídos... pero él es "azul"... como el mar profundo, el cielo
nocturno, los zafiros, la noche misteriosa...y los gatos....azules....
Forma
parte de leyendas, de misterios, de culturas perdidas en la historia y
la mística de la humanidad... un gato azul fue el gato de Collette, y
otro más el de Jean Pierre Lauteau... ó varios... y otro más aún, fue
callejero y otro rey...
Vértigo,
incógnita, quimera… un gato que tiene más de fábula, que de gato en sí…
más de utopía, más del enigma que despierta su pelaje tupido, sedoso y
arcano…
Dos días antes de nacer mi gato azul, tuve un sueño…
Se
apareció él, en medio de la noche y con su vos pequeñita, su lengua muy
roja y sus ojazos color azafrán me despertó “charlando”...
.- hola! llegó pasado mañana… tenes que llamarme Otellito, porque voy a ser oscurito…
.-
hola pequeño, todos ustedes nacen para tener casas, familias que los
amen con el corazón, pero yo tengo muchos problemas y no puedo tener a
los papis y a los bebés…
.-
por eso, porque tenés muchos problemas... yo vengo a este mundo para
cuidarte… el día que ya no me necesites partiré a vivir en el arco iris…
.- ay no… -me y le dije- esto no está pasando, no puedo hablar con un gato que además todavía no nació…
.-
no, todavía no nací, pero ya estoy llegando, somos cuatro hermanitos,
nos vemos pasado mañana… acordate, llamame Otello, voy a ser… azul…
Me desperté sobresaltada…!
Por
la mañana, llamé a la veterinaria. No me animé a relatar el sueño, y me
limité a decir que tenía que salir de viaje de trabajo…
.- cuando calculás que estarían naciendo los gatis?
.- salí tranquila, a tu gata le faltan mínimo quince días…
Al menos en ese pronóstico, me consolé, mi gato “azul” había fallado…
…cuarenta
y ocho horas después mi gata, daba a luz cuatro bebés, el segundo era
un “casi negrito”, en realidad un precioso bebé-gato-azul… lo limpió, lo
acarició, y misteriosamente lo puso en mis manos...
Lo miré, lo acaricié, era tan pero tan pequeñito… sólo me limité a decir:
.- bienvenido Otelitto…
Otello,
creció manso, demasiado… creo que tiene problemas con esta vida, ya que
en la anterior me contó que fue peluche, y en esta duda sobre algunos
talantes, no corre, no maúlla fuerte, no araña nada.... tiene, de hecho,
una vida de medio “Teddy bear”...a veces en los atardeceres cuando el
sol se va escondiendo él queda quieto, casi inmóvil, sus ojazos muy
abiertos mirando a la distancia, seguramente recuperando remembranzas de
aquel que fue ó el que será…
Según
una leyenda urbana, los gatos que en alguna de sus vidas vivieron muy
felizmente entre humanos, al morir se convierten en gatos azules y
vuelven con una misión que cumplir...
.-
Lo cierto, -le he escuchado decir recordando en esos atardeceres- es
que nuestra apariencia fluctúa entre la solemnidad y el peluche... mi
piel se complace en un ser tenue... de lana tan espesa como sedosa… si
me preguntan Cartujo…? ó Bibliotecario…? entre ambas, leyendas y
bibliotecas, mi familia se asentó en una Europa gótica, que tenia mucho
más de mito babilónico que de futura realidad histórica... allí
llegamos, un grupo pequeño de nosotros, desde….Turquía…? -piensa y
vacila, como si los recuerdos se le mezclaran en la noche de los
tiempos- ó tal vez fue Arabia… ó la mismísima Persia aunque hoy
formalmente se llame Irán…lo cierto es que nuestra apariencia alimenta
la leyenda…
Su
pelo es corto, suave y tupido, como lanoso, totalmente impermeable al
agua. El Chartreux como se llama públicamente, es un gato con
características perrunas, dócil, solitario, amante de la calma,
independiente, tranquilo y cariñoso si se le acostumbra desde pequeño
puede tolerar perfectamente los viajes en coche y se le puede sacar a
pasear con arnés y correa, no es extraño verle correr hacia la puerta
cuando oye el timbre de la misma aunque luego se retraiga y estudie al
visitante. Es un animal muy inteligente, con una marcada personalidad,
al mismo tiempo que sensibilidad y equilibrio por lo que con paciencia y
tiempo aprende variedad de habilidades y juegos. Grande, de aspecto
musculoso, de hecho es el más grande después del Maine Coon, su cabeza
muy redonda, con cara en forma de trapecio y orejas altas, le
proporcionan el aspecto de estar continuamente vigilante, su hocico es
muy singular, con las almohadillas de los bigotes muy pronunciadas, lo
que le otorga una expresión tremendamente simpática, como si sonriese,
sus expresivos ojos, grandes y de color miel, amarillo-ámbar, oro, cobre
o anaranjado, hacen que muchas personas los consideren la imagen
perfecta del gato doméstico.
Su
color tan característico va del azul-gris-claro, hasta el azul-pizarra.
Son atigrados hasta la adolescencia, cuando esta particularidad va
desapareciendo hasta llegar al azul uniforme. Su piel también es azul,
su nariz azul-gris-rosada y las almohadillas de las patas
grises-rosadas. Su salud es prácticamente invulnerable a la mayoría de
enfermedades que pueden afectar a otras razas y…
…le encanta comer…!!!
Cartujo? ó Chartreux? …los especialistas nunca se pusieron de acuerdo…
Llegó con los cruzados? Ó con los navegantes del renacimiento?
Así
de antigua, su historia raya la ficción; y ésta asegura que los
monasterios cartujos desarrollaron en la Época Medieval dos notables
contribuciones al mundo: una fue el Chartreusse, licor verde de la
tierra francesa y la otra, el gato Chartreux. Existe también un dicho
que asegura que los gatos originarios del monasterio La Grande
Chartreuse fueron criados para ser una raza única y de hecho es una raza
considerada originaria de Francia, aunque comparte su color con los otros “gatos azules”, Korat, Británico y Ruso.
Algunos autores, como Fizniger, piensan que el Chartreux sería el resultado del cruce del gato Manul con el gato egipcio.
De un tamaño considerable, su gran contextura física es proporcional a
su inteligencia y dulzura. Con su cara sonriente y su desarrollo lento,
necesita generalmente más de un año para madurar, llegando a veces a la
edad adulta sólo con su cuarto cumpleaños. En algunos lugares se insiste
en llamarlos simplemente Cartujos, y si bien esto es cierto en parte,
existen varias hipótesis sobre su nacimiento.
Una
de ellas, elaborada por Jean Simonnet, gran amante de la raza, quien
asegura que aparece por primera vez en estado salvaje en las regiones
montañosas de Turquía e Persia, la zona que abarca hoy Iran y Siria,
éste estudioso sostiene que llega a Europa con los cruzados que retornan
de la lucha ó en navíos comerciales de Oriente Medio en un breve tiempo
posterior a las cruzadas.
Otra
teoría en cambio, expone que ésta raza proviene de África, exactamente
de Sudáfrica, en el Cabo de Buena Esperanza y que fue traído desde allí
por los monjes cartujos, a fines del Siglo XVI, y la teoría se refuerza
asegurando además que es descendiente de los gatos salvajes de las
montañas de aquella región.
Otra
teoría aún, más romántica, señala que fue criado por monjes cartujos,
en un monasterio cerca del pueblo de Grenoble, en Francia, cuando el
monasterio ya era famoso mundialmente por su licor Chartreuse, y que
ésto se debió a su excelente cualidad como cazador, lo que les permitía
la vigilancia de manuscritos y libros, manteniendo así a salvo sus
bibliotecas. Sin embargo no se ha podido constatar que los monjes de la
Grande Chartreuse los criaran en un inicio. Tornándose así casi
imposible saber con exactitud cuál fue su cuna, lo que parece innegable
es que es una de las razas más arcaicas de las que se tiene
conocimiento.
En
efecto, corría recién el año 1558, cuando el Chartreux ya fue descrito
en versos por el monje poeta francés Joachim Du Bellay, citando el
cariño por su gato Belaud y la pena que ocasionara en aquel la muerte
del pequeño amigo, “Vers français sur la mort d´un petit chat”
Tampoco
el origen del nombre Chartreux está demasiado claro, pues hay quienes
aseveran que se aludía a la “Pile des Chartreux”, un tejido lanoso, que
se importaba a Francia desde España, en el siglo VIII, y cuya densa
textura recuerda el pelaje de estos gatos.
El término Chartreux, como tal, aparece por primera vez en el Diccionario Universal del Comercio, de la Historia Natural y de las Artes y Oficios, de Savarry des Bruslons, en 1723, asegurando que "la plebe llama así a un gato tirando a azul”.
Recordemos
que el origen de los gatos domésticos ha sido aclarado desde hace años y
sitúa precisamente su domesticación en el Oriente Próximo. Así como
también está comprobado que durante la Edad Media en Europa, al menos en
las tierras del sur, preferían a la “Jineta”.
En
el siglo XVIII, Georges Louis Leclerc de Buffon, en su “Historia
natural”, lo mencionó con el nombre de “Gato de Francia”, mientras que
en 1735 el taxonomista Carlos Linneo lo hace aparecer en el Systema Naturae de Linneo, con el término latín Felis Catus Caeruleus
es decir, "Gato Azul" considerándolo como una raza distinta al Angora y
al gato de España, le da el calificativo de “Raza Singular” estatus
éste al que llegó casi cien años antes que los demás.
Por
su similitud con el pelaje de las nutrias, el Dr. Beauregard lo comparó
con éstas en 1897, aseverando que podrían tener incluso similares
propiedades curativas, recordemos que las nutrias eran muy apreciadas
por sus poderes antirreumáticos. Así que los naturalistas de la época se
avocaron a estudiar a la raza y desgraciadamente, en la misma época,
fue descubierto tanbien por la industria peletera, así como por su
tamaño se lo consideraba ideal para “un buen estofado” todas esta situaciones lo llevaron casi a la extinción, siendo varios los textos que evocan esta triste condición.
El
siglo XX cuando los Cartujos ya casi no se veían en suelo europeo, se
re descubre su belleza, y recién entonces se convierte en animal de
compañía.
Uno de los viejos gatos cartujos del monasterio lo recuerda así:
.-
era el año 1925, poco más ó menos… en aquel momento eran muchos los
refugiados, la guerra había hecho desmanes en aquella vieja y bella
Europa, cuando comienza a desarrollarse una curiosa historia en
Belle-Île-en-Mer, Morbihan, , las hermanas Léger, dos mujeres que tenían
alma de proteccionistas, aunque por aquel entonces la palabra no
existía como tal, entendiendo los problemas que había dejado la guerra,
comenzaron a salir a diario andando las parisina y maltrechas calle de
su barrio, dejando platos de comida y agua a los callejeros. Seguramente
y aunque tampoco existía el término, ellas ya eran seres de alma azul,
Humanas del Otro Modo de Vivir. Vieran ustedes a Marquise y Coquito mis
bisabuelos, vagando por las calles de París en busca de algo de comida
(porque aunque Paris siempre es Paris… en aquel entonces estaba semi
destruida). Repuestos con el alimento que les ofrecían las hermanas
Leger, y producto del romántico amor de ambos, nació Mignonne de
Guerveur, que en 1931 fue designada la gata más estética de la
exposición del Cat Club de París. Desgraciadamente, el criadero de
Guerveur no dejó marca alguna de sus estándares en la población actual.
Y…. saben? Me he puesto a pensar… nada era demasiado distinto a lo que
pasa hoy en las calles… que increíble no…? Pasan y pasan los años, se
transforman en siglos y la humanidad nada aprende de nuestras pacíficas y
afinadas convivencias….
Fuimos reconocidos como raza en 1939,
cuando ya terminada la Guerra, los hombres volvieron a pensar en cosas
bellas y se pudo establecer un primer estándar, convirtiéndonos en una
mascota requerida por muchos amantes de los gatos. Importantes
personajes del mundo y de la historia han compartido luego de eso, parte
de su vida con un Chartreux, Charles de Gaulle,
militar, escritor y político se hizo acompañar por una de estas
bellezas azules llamado "Gris-Gris".También la escritora Sidonie
Gabrielle Colette habló del suyo en varios de sus libros y diciendo
cosas como:
"Un gato es un gato...
Seguramente es blanco cuando camina por la nieve,
oscuro en la noche
y rojo cuando va a robar fresas".
Son
atributos de cada gato azul, escrutar la oscuridad y recorrer caminos
insondables con sus ojos de oro y la expresión feliz en su rostro
seguramente nada nos contará de sus correrías nocturnas. No sabremos si
ha caminado por el jardín o ha ampliado distancias hasta llegar al cielo
y más allá de él, tal vez entonces, sean ciertas las palabras de Julio
Verne:
"Creo que los gatos son espíritus
venidos a la Tierra, estoy convencido,
pueden caminar sobre una nube".
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