Compartir nuestra existencia con un animal de compañía puede ser
una experiencia que nos llene de gratificaciones pero es una decisión
que nunca debería tomarse a la ligera. Pueden presentarse situaciones
incómodas que nos hagan replantearnos lo que en un principio nos llenó
de alegría pero, pase lo que pase, el abandono de la mascota no es una
opción válida en absoluto.
¿Cuántas veces
has pensado en tener un animal de compañía? Tener una mascota en casa
puede ser una experiencia constructiva y agradable. Al margen de si lo
compras o lo adoptas, si es de raza o es mestizo, si es tradicional o
exótico, lo importante es que nunca te arrepientas de haberle abierto
las puertas de tu hogar y de tu corazón. Puede que tú cambies de
opinión, pero él nunca dejará de demostrarte cariño durante toda su
vida. Recordemos que el abandono de animales domésticos, además de la
crueldad y el maltrato hacia los mismos, son delitos tipificados en el
Código Penal.
Los esfuerzos de distintas
asociaciones para erradicar este problema son cada año más intensos. La
Fundación Affinity lanzó en 1988 la primera campaña anti-abandono de
animales domésticos con un lema que aún resuena en nuestras cabezas: 'Él nunca lo haría. No lo abandones'. A partir
de esta acción, esta fundación no ha dejado de luchar por imprimir en la
mente de los dueños un sentimiento cívico. Otros ejemplos fueron el de
1997 con el mensaje 'Él lo haría todo por ti' o el de 1999 con dos
frases claves: 'Funciona sin pilas. Nunca es pronto para hacer buenos
amigos' y 'Amigos de toda la vida'.
Las
cifras de la vergüenza
Con objeto de analizar
numéricamente el abandono, la Fundación Affinity pone en marcha una
encuesta anual en el territorio español que contempla más de 300
municipios y 170 sociedades protectoras de animales con refugio. Las
cifras que arroja este informe revelan que desde 1993, la cantidad de
abandonos va reduciéndose significativamente. Aún así, no hay día que no
se deje un animal a su suerte, siendo éste origen mestizo en la mayoría
de los casos.
Una
estimación escalofriante: el 95% de los perros y gatos abandonados
durante la estación estival, terminan siendo atropellados o exterminados
en perreras municipales. La estadística de abandonos del 2002 revela
que un total de 89.500 perros y unos 100.000 gatos fueron víctimas de
esta acción tan indeseable. Los meses en los que más se repite esta
práctica son enero -cuando terminan las navidades-, marzo -cuando
concluye la temporada de caza- y junio y julio -cuando comienzan las
vacaciones veraniegas-.
Con la llegada de los meses de verano, muchas
personas tienen la oportunidad de pasar unos días de descanso gracias a
las vacaciones. Entonces surge la pregunta: ¿qué hacemos con la mascota?
Hoy en día, existen alternativas al abandono muy atractivas y
económicas. Lo más barato es dejar a nuestro animal de compañía en casa
de algún familiar o amigo que se comprometa a dar a nuestro fiel amigo
los cuidados que nosotros no le podremos prestar en nuestra ausencia. Es
importante que la mascota quede bajo el cuidado de una persona de plena
confianza y con un alto grado de responsabilidad.
En
el caso de que no contemos con ninguna persona que se haga cargo de él,
podemos recurrir a las residencias. En la actualidad, existen muchas
residencias caninas y felinas muy equipadas y en las que desempeñan su
labor profesionales muy preparados, por lo que no tendremos que
preocuparnos de nada. También puede darse el hecho de que no deseemos
separarnos de nuestro animal doméstico; en ese caso, los propietarios de
perros y gatos tienen a su disposición hoteles especiales donde
disfrutar de su estancia en compañía de su más preciado tesoro.
Basta tipear en google: "pensionado felino",
"pensionado canino" o algo parecido para encontrar muchas opciones o al
menos a quienes consultar.
Solucionar los
problemas
Además de las vacaciones,
existe un extenso catálogo de incidencias que son resueltas con el
abandono. Lo importante es prever este tipo de situaciones y hallar la
información necesaria para descartar un final tan triste. El nacimiento
de un bebé llena a una pareja de satisfacción, pero si en la casa habita
un animal doméstico, pueden surgir las dudas, el miedo y, lo que es aún
peor, las temibles consecuencias.
Un perro nunca
atacará a un recién nacido. Puede que sienta celos pero el instinto de
protección hacia el nuevo rey de la casa es más fuerte. Lo que hay que
hacer en estos casos es no desplazar a un plano inferior al cánido.
Evidentemente, el bebé absorberá nuestra atención, pero unas cuantas
caricias y palabras de afecto dedicadas a nuestro can, le
tranquilizarán. La vacunación del animal resulta esencial para alejar el
temor a contagios. Por otro lado, un animal con problemas de salud o
que nos produce alergia, suele ser un motivo ampliamente repetido en los
abandonos. Podríamos decir que enfermedades como la leishmaniosis, el
moquillo, la epilepsia o la leucemia 'roban encanto' a los animales que
son adquiridos por puro capricho, sin embargo, un amante de los
animales, hará todo lo posible por mejorar la calidad de vida de su
mascota. Es la diferencia entre ser un buen amo y comportarse como una
persona irresponsable.
Uno de los errores
más frecuentes es pensar que nuestra gata o nuestra perra no va a
quedarse embaraza. Creemos que tenemos todo bajo control hasta que
ocurre; es por eso que la prevención es indispensable. La esterilización
debe convertirse en una práctica generalizada para evitar camadas no
deseadas. La experiencia de la maternidad canina o felina es
excepcional, pero no hay que pensar con antelación el hogar donde serán
ubicados los cachorros.
La educación de la
mascota es esencial para que no se presenten problemas de comportamiento
y de conducta. Al principio, tendremos que hacer gala de una paciencia
infinita: lo rompen todo, muerden los muebles, resultan agresivos, etc.
El culpable del desastre no es el perro o el gato, es el dueño. Los
cachorros se desenvuelven como lo que son y no podemos esperar que
actúen de forma adulta con tres meses.
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