En tu regazo te mira con ternura, ternura que los años han
marcado en su rostro. En silencio te acompaña y, para que no te olvides
de que él está ahí, se refriega contra tu pierna. Dormido es un niño y,
si lo tocás suavemente, responderá con un ronroneo solo para vos.
Un
gatito en su última etapa de adultez, longevo, ya anduvo por la vida lo
suficiente como para aprender que lo más importante para él sos vos...
el resto ya lo vivió.
Le queda aun la mitad de su vida
por vivir o tal vez unos pocos años, pero son los mejores, los que
realmente valen la pena... ¿los querrías compartir con él?
Es
impensable que alguien abandone a un anciano luego de años de compartir
mimos y travesuras, pero algunas veces así sucede y es, tal vez, uno de
los abandonos más crueles.
Sí querés adoptar a uno de ellos, podés contactarnos en elhogardelourdes@gmail.com
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