Los gatitos del Hogar de Rescate y Proteccion Lourdes, han sido premiados en el Año 2019, como los mejores pets en el Ranking Nacional de Argentina, por la WCF.-World Cat Federation y su club Fedagat.-

jueves, 17 de febrero de 2022

Ambar: la Primer Lourdesiana

Hola amigos! Soy Lady Mïa U., hace pocas noches, una vieja y querida amiga, me llamó por teléfono y me contó algo que quiero relatarles…
.- Hola! -me dijo- te acordás qué estabas haciendo el 11 de Noviembre de 2004…? A la noche, digamos…tipo 22…
.- Yo ni idea… y vos?
.- yo me acuerdo muy bien porque hay sucesos, que pasan en determinados momentos y que marcan nuestras vidas para siempre, siempre… te cuento…
...el 11 de Noviembre de 2004 una señora joven, profesional, que siempre había amado los animales y sentía gran compasión por ellos, salió con su novio al cine, todo hacía indicar que sería una salida más, un cine más, un cena más…
En el camino ni siquiera tuvo esas presunciones típicas que dicen que uno tiene antes de los grandes acontecimientos, sólo se subió al auto y se deslizaron suave por las calles de la ciudad, estacionaron el auto y al pasar por la puerta de la iglesia, casi casi llegando al cine, nuestra protagonista observó junto a la reja de entrada una pequeña gata negra, le dio pena, como nos pasa a todos cuando vemos un animal solito en la calle, mirando a la nada hecha un bollito, indiferente a la gente que pasaba con igual indiferencia hacia ella, apurados... camino quien sabe a dónde...

Vieron la película y la imagen de la gata negra hecha bollito casi se había borrado de su mente cuando al salir… estaba lloviendo, fuerte… enseguida se acordó del animalito solo y ahora en medio de la lluvia, e instintivamente miró para ver si lo ubicaba…
.- esperá que traigo el auto, no nos mojemos los dos…!
…se quedó esperando y mirando, y convenciéndose que los gatos son gatos, no tontos y seguro se habría puesto al reparo, que tal vez hasta tenía casa y se escapaba a callejear... entonces preguntó a la gente del lugar, nadie le supo decir nada, ni siquiera sabían de un gato, no era de nadie, nadie lo había visto, nadie lo había escuchado, cuando desde un rincón de sombras sintió un mínimo
.- miau…
Miró hacia el lugar de donde provenía el maullido y la vio… no era un gato, era una gata mínima de tamaño y... protegiendo con su cuerpo a cuatro bebés, tan mínimos como ella… maullaba como tímida, como sabiendo que no era ese su lugar pero que no tenía otro... y tal vez, porque ese sexto sentido tan preclaro que tienen los gatos, le indicó que el maullido, justo era a "esa" persona y no a las otras mil que salían a diario de la misma puerta del mismo cine cercano, se acercó pidiendo un cariño…
Estaba mojada, ahí nuestra protagonista vio que no había donde resguardarse, le hizo unos cuantos mimos y buscó donde comprarle algo de comer, pero no había nada cerca, llegó su novio con el auto, y cuando ella se acercó para subirse, la pequeña gata la siguió, y se sentó en el medio de la vereda, bajo la lluvia mirando como desilusionada, tal vez su sexto sentido había fallado y no era esa la persona indicada…
Nuestra protagonista se sentó en el auto y antes de cerrar la puerta volvió a mirar, la vio ahí, tan frágil, tan resignada, la imagen misma del desamparo…
.- te molestaría si volvemos a comer a casa?
.- para nada, por qué?
Entonces bajó del auto, pidió una cajita (la primera de las muchas miles que vendrían después) en el kiosco del cine, la gata como si supiera, se paró y la siguió, ella regresó a la vereda y la invitó a acompañarla, la gata dudó un segundo... y sus bebés? nuestra protagonista se acercó a donde estaban y la ayudó a cargarlos en la cajita, luego y ya sin dudarlo un segundo más, ella misma saltó dentro de la cajita… llegaron a su casa, le armó un rincón cómodo donde dormir y donde criar a sus cuatro tesoritos, negros y lustrosos como ella misma... la bautizó Ámbar.
Luego de un par de meses, los bebés y la mamá encontraban casa, donde todavía hoy viven sus siete vidas, felices y cuidados…
.- que historia más tierna…-le dije- y la gata se llamaba Ámbar, como vos!!! Y como te acordás los detalles…
.- sip! Nunca me voy a olvidar de aquel día, porque la gata era yo, la joven rescatista era Sandra, y ese día, aunque ninguna de las dos lo sabía, estábamos poniendo la piedra fundacional de una gran historia; 18.000 gatitos pasarían después por esa misma puerta, en busca de consuelo, a mejorar sus vidas, dieciocho-mil… uau, lo pienso y me cuesta imaginarlos a todos juntos, bebés, ancianos, accidentados, maltratados, abandonados, mamás como yo misma… doce mil historias que torcieron sus destinos de tristeza para albergar una esperanza, y sip! Yo fui “la primer lourdesiana”

1 comentario:

Dany dijo...

Es una bellísima historia de amor! Gracias por contarnosla!