1. Desde
que traje a mi gato a casa, he dejado de ser el dueño para convertirme en su
inquilino. Hace lo que quiere cuando quiere. ¡Lo peor es que no le puedo decir
nada!
2. Desearía
ser un gato, para no hacer más que dormir y comer todo el día. ¡Eso si que es
vivir la vida!
3. Mi
gata se encuentra en celo y ha estado maullando todo el día. No es agradable,
pero al menos puedo vengarme de la vecina a la que le gusta poner música en
mitad de la noche.
4. No
sé como hace mi gato para saber cuando voy a despertarme. El caso es que
siempre se las arregla para ganarle a mi despertador y me levanta para que le
dé de comer.
5. Los
perros nos miran como seres superiores y los ratones, aunque no lo creas, como
si fueramos iguales a ellos. Pero los gatos, ¡ellos se saben superiores a
nosotros!
6. No
es que los gatos sean desconsiderados. Es que ellos esperan que tú mismo sepas
cual es tu lugar.
7. Desde
que tengo a mi gato, ya no sé quien es la mascota y quien es el amo. ¡Tal
parece que me controla a su antojo!
8. No
es que el gato te quiera tanto si se frota contra ti, al menos no como te
imaginas. ¡Lo que pasa es que te está marcando como si fueras una de sus cosas!
9. Los
hombres domesticamos a los perros, pero los gatos nos domesticaron a nosotros.
10. Un perro
siempre te va a pedir tu cariño, pero el gato irá un paso más allá. A él no le
basta con tener tu afecto. Él lo que quiere es tu adoración.
11. No sé como
hace mi gato para saber cuando necesito descansar o trabajar. Cada que quiero
dormir lo encuentro en mi cama, y cuando necesito hacer el trabajo pendiente,
¡está encima de la computadora!
12. Me gustan
los gatos porque son influyentes. Puedes esperar que un perro se muera por
complacerte, pero ellos esperan que seas tú quien los complazca.
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